martes, 20 de mayo de 2014

Pamukale - Turquia.

Resulta fascinante encontrarse de repente, en pleno verano, con lo que a simple vista parece una montaña literalmente cubierta de nieve, muy blanca y luminosa. Mientras asciendes lentamente hacia su cima te exigen amablemente que te descalces, y, a partir de ese instantes descubres un paisaje lleno de encanto. La cal que mana de las entrañas de la tierra lo cubre todo en forma de leve manto de agua blanquecina que va dejando su rastro y que al cabo de los años ha logrado crear formaciones extrañas, al tiempo que el hombre supo aprovechar esas propiedades de los manantiales para crear pequeñas piscinas naturales, que son las que dan a este lugar todo su encanto.













































































Llegados a la cima se encuentra uno con unos restos arqueológicos que nos hablan de la enorme influencia que los romanos tuvieron en el lugar. Una ciudad que merece ser visitada, para encontrarse de repente con las termas que han hecho igualmente famoso el lugar.
Pamukale merece, por sí sola, una visita a Turkia.